Detención del Comandante H en Paraguay
El comandante H, Hernán Bermúdez Requena, quien se desempeñó como jefe de la policía de Tabasco entre 2018 y 2024, ha sido capturado en Paraguay. Se le acusa de liderar el grupo criminal conocido como “La Barredora”, implicado en el tráfico de drogas, extorsión y robo de combustible, también conocido como huachicol. Esta detención marca un momento significativo en la lucha contra la delincuencia organizada en México.
Bermúdez había estado prófugo desde febrero, y su captura se realizó gracias a una operación coordinada entre diversas fuerzas de seguridad. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana ha emitido un comunicado oficial que detalla la colaboración entre la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Fiscalía General de la República y la Guardia Nacional.
La captura del presunto líder de “La Barredora” fue posible gracias a la participación activa de la Unidad de Inteligencia Financiera y el Centro Nacional de Inteligencia. Este operativo subraya la importancia del intercambio de información y la nueva Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia en la lucha contra el crimen organizado.
En la fotografía divulgada por la Secretaría, se puede apreciar a Bermúdez con cabello gris y largo, vistiendo una sudadera beige y con barba de algunos días. Las autoridades no han compartido detalles sobre su trayecto desde que se dio a la fuga, aunque informes previos indican que hizo su escape a través de Centroamérica.
La detención de Bermúdez ha generado tensiones políticas, especialmente hacia su exjefe, Adán Augusto López, actual coordinador de Morena en el Senado. La oposición ha cuestionado cómo un gobernador podría ignorar las actividades criminales de su jefe de policía, lo que ha llevado a críticas crecientes en su contra.
Durante las semanas posteriores a la detención, el escándalo alcanzó a las conferencias matutinas del Gobierno. Claudia Sheinbaum, presidenta de México, enfatizó que su administración no protegería a nadie implicado en delitos, independientemente de su afiliación política. Su mensaje ha sido claro: la justicia debe prevalecer.
Por su parte, López ha intentado restar importancia al asunto, señalando en entrevistas que enfrenta adversarios políticos tanto dentro como fuera de su partido. Su estrategia de comunicación ha intentado disminuir el impacto del escándalo en su imagen y en su carrera política.