Introducción a la Crisis de Vivienda en la Ciudad de México

    La crisis de vivienda en la Ciudad de México es una problemática que no ha surgido de manera espontánea. Es el resultado de décadas de prácticas normalizadas, algunas de ellas abiertamente corruptas, que han limitado deliberadamente la construcción de vivienda social, favoreciendo a unos pocos.

    1. El Abuso del Amparo en Proyectos Habitacionales

    Uno de los principales factores que agravan la crisis es el abuso del amparo. Según la ley, los desarrolladores que construyen proyectos de más de 10,000 metros cuadrados deben donar el 10% del metraje construido al gobierno de la Ciudad de México. Esta donación debería destinarse a la creación de vivienda social en áreas centrales, pero rara vez ocurre. Muchos desarrolladores logran ampararse alegando doble tributación, y el poder judicial frecuentemente les da la razón. Como resultado, la ciudad pierde la oportunidad de garantizar vivienda asequible en ubicaciones privilegiadas.

    2. Intereses Empresariales que Obstaculizan Propuestas Progresivas

    Los intereses empresariales también juegan un papel crucial en la crisis. En París, existe un impuesto anual creciente a las viviendas desocupadas, conocido como Taxe sur les Logements Vacants. Este impuesto puede alcanzar hasta el 34%, lo cual incentiva a los propietarios a rentar o vender sus propiedades. Aunque la Ciudad de México podría implementar medidas similares, el temor a las reacciones de los medios corporativos y de los vecinos paraliza cualquier iniciativa para hacer el predial más progresivo.

    3. Corrupción en las Fiscalías y su Impacto en el Desarrollo Habitacional

    La corrupción en las fiscalías también contribuye al problema. Frecuentemente, las fiscalías enajenan predios sin dueño a desarrolladores corruptos a precios mínimos. Estos desarrolladores construyen edificios de lujo y posteriormente comparten parte de las ganancias con las autoridades involucradas. Esto no fomenta el desarrollo de vivienda social, sino que enriquece a los funcionarios públicos a través de la promoción de vivienda de lujo.

    4. Falta de Visión en la Venta de Predios Públicos

    Durante muchos años, el Gobierno de la Ciudad ha vendido terrenos privados sin exigir que los compradores construyan vivienda social. Como resultado, se han vendido grandes extensiones de tierra, frecuentemente en ubicaciones estratégicas, para desarrollar centros comerciales. Habría sido más adecuado condicionar estas ventas a que ciertas áreas de los desarrollos se destinaran a vivienda asequible.

    5. Las Trampas de Notarios Corruptos

    El Instituto de Vivienda de Ciudad de México ha hecho esfuerzos significativos para construir vivienda social. Sin embargo, notarios corruptos con frecuencia certifican que las propiedades han cumplido los requisitos de habitabilidad antes de tiempo, lo que facilita la expulsión de familias hacia las periferias de la ciudad. Esto socava la intención de mantener a las familias en zonas centrales y accesibles.

    6. Obstáculos a la Construcción de Vivienda Asequible

    Además de los factores mencionados, hay una serie de medidas que complican aún más la construcción de vivienda en la Ciudad de México. La corrupción en la entrega de licencias, retrasos en permisos, inspecciones arbitrarias, y restricciones a la construcción de edificios menores a 2,500 metros cuadrados generan un ambiente hostil para los desarrolladores que buscan construir vivienda accesible.

    7. Caminos hacia una Solución Sostenible

    Actualmente, la Ciudad de México presenta una altura promedio de apenas 1.8 pisos, muy inferior a otras ciudades latinoamericanas. Es urgente avanzar hacia un desarrollo urbano más alto que pueda albergar a más personas, y a la par, descentralizar la actividad económica para fortalecer economías en ciudades medias. Solo de esta manera será posible abordar de forma integral la crisis de vivienda que enfrenta la ciudad.

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