La capital de México se encuentra en un momento crucial en su historia sísmica, ya que el Reglamento de Construcción está en constante revisión. Este proceso tiene como objetivo asegurarse de que las edificaciones sean dos veces más resistentes y cuenten con la ductilidad necesaria para absorber la energía derivada de futuros movimientos sísmicos de gran magnitud.

    Este panorama actual se presenta 40 años después del devastador sismo del 19 de septiembre de 1985, que, con una magnitud de 8.1, provocó la destrucción de cientos de edificios construidos bajo normas deficientes.

    Imagen del sismo de 1985 | Foto: UNAM

    Lecciones Aprendidas en 40 Años

    Los especialistas han resaltado que, tras el sismo de 1985, se modificó el reglamento de 1976 que no contemplaba adecuadamente los efectos de movimientos tectónicos. Desde entonces, se han implementado seis revisiones técnicas, culminando en la más reciente de 2023, que refuerza las normas de evaluación de riesgos sísmicos, evolución de materiales, y mejoras en diseño y construcción.

    “El Reglamento de Construcción de la Ciudad de México no solo se ha enriquecido constantemente, sino que ahora existe un Instituto para la Seguridad de las Construcciones que trabaja en conjunto con la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos para realizar inspecciones y mantener un registro de directores de obra evaluados”, explicó Bernardo Gómez González, miembro del comité de seguridad estructural del Colegio de Ingenieros Civiles de México.

    Normativas Actuales y Seguridad Estructural

    Gómez González enfatizó que, hoy en día, la capital mexicana cuenta con normas mucho más robustas que brindan una mayor seguridad estructural ante la inevitable ocurrencia de un sismo potente. A pesar de que no pueden preverse estos eventos, la correcta aplicación de las normas puede prevenir tragedias como las del sismo de 1985.

    Las normas de diseño modernas y el uso de materiales más ligeros y flexibles sólo representan el 5% del costo total de la obra, lo que facilita su cumplimiento. Sin embargo, se ha comprobado que aún ocurren problemas estructurales debido a defectos constructivos, como en el sismo de 2017, cuando las edificaciones contaban con normas más avanzadas pero se habían ejecutado de manera inadecuada.

    Vigilancia Comunitaria y Prevención

    La protección de la infraestructura también se ve fortalecida por la vigilancia comunitaria. Gómez González subrayó que muchas estructuras colapsaron en 1985 debido a sobrecargas generadas por modificaciones no autorizadas en los edificios, como convertir apartamentos en bodegas. Desde entonces, tales modificaciones están restringidas, y es crítico que la comunidad informe sobre cualquier cambio que pudiera comprometer la integridad estructural.

    Ajustes y Avances en la Ingeniería Estructural

    El ingeniero Roberto Stark Feldman destacó que las lecciones del sismo de 1985 llevaron a identificar y corregir vulnerabilidades en las estructuras. Gracias a reformas en el reglamento, las edificaciones se han vuelto más resilientes; no solo evitando colapsos, sino asegurando una recuperación rápida y menos costosa.

    Coincidencias Históricas en Fechas de Sismos

    El 19 de septiembre es una fecha emblemática en la memoria colectiva mexicana, marcada por eventos sísmicos en 1985, 2017 y 2022. Sin embargo, expertos en sismología aclaran que no existe evidencia científica que respalde una conexión entre las fechas y la actividad sísmica, a pesar de la percepción popular. Los registros del Servicio Sismológico Nacional indican que los sismos no se concentran exclusivamente en septiembre.

    En conclusión, mientras que la Ciudad de México ha avanzado significativamente en materia de normativas y prevención sísmica, la participación de la comunidad y la vigilancia son esenciales para asegurar la integridad de las edificaciones y la seguridad de sus habitantes.

    Share.
    Leave A Reply