El Origen de la Papa: Un Romance Botánico en los Andes

    Hace muchos años, específicamente unos 8 o 9 millones, en lo que hoy conocemos como Sudamérica, los Andes estaban en plena formación. En ese entorno primitivo, donde la vegetación era exuberante y no había presencia humana, existían dos poblaciones de plantas que darían lugar a un descubrimiento extraordinario: los ancestros de los tomates (Solanum lycopersicum) y una variedad de papa denominada Solanum etuberosum, cuyos descendientes actuales se encuentran en Chile y las Islas Juan Fernández.

    Hibridación: El Suceso que Dio Vida a la Papa

    Estas dos poblaciones de plantas, a pesar de ser distintas, compartían un lazo familiar. Al igual que en algunas familias, las plantas también tuvieron relaciones entre especies, un fenómeno conocido como hibridación interespecífica. Este proceso, aunque a veces resulta en descendencia estéril, también puede dar lugar a combinaciones exitosas de genes. Un ejemplo cotidiano de hibridación es la mula, un híbrido entre un asno y una yegua que, aunque no puede reproducirse, ha sido valorada desde tiempos antiguos.

    Desde el Encuentro hasta la Creación de la Papa

    Así como en el reino animal, la hibridación en las plantas permite la creación de nuevas variedades que pueden prosperar bajo las condiciones adecuadas. En este caso, de la unión casual de los ancestros del tomate y el etuberosum nació la papa. La Dra. Sandra Knapp, taxónoma de plantas en el Museo de Historia Natural de Londres, destacó que este origen no solo es fascinante, sino que también resuelve un misterio que ha intrigado a los científicos durante décadas.

    Similitudes entre la Papa y el Tomate

    Aunque visualmente son diferentes —la papa es dura y almidonada, mientras que el tomate es rojo y jugoso—, en su esencia biológica son muy similares. Las hojas y flores de ambas plantas muestran características comparables, y incluso las frutas de la papa presentan una apariencia de pequeño tomate verde. Sin embargo, lo más intrigante es que la papa tiene una genética inusual, con cuatro copias de cromosomas en lugar de dos, lo que ha dificultado la identificación de su pariente más cercano.

    Investigación y Descubrimientos Genéticos

    Para desentrañar el origen de la papa, un equipo de investigadores analizó más de 120 genomas de distintas especies dentro de los grupos de la papa, el tomate y el etuberosum. La conclusión fue sorprendente: ambos progenitores fueron parte esencial en la creación de la papa. Este hallazgo confirma que el romance botánico en las montañas andinas fue un éxito evolutivo, permitiendo a este nuevo linaje prosperar en los variados hábitats de gran altitud.

    El Papel de los Tubérculos en la Supervivencia

    Una de las innovaciones clave en esta hibridación fue la formación de tubérculos, que actúan como reservas de energía. Tener tubérculos permite a la planta sobrevivir en condiciones hostiles, como el invierno o la sequía. Se descubrió que cada progenitor poseía un gen crucial para la formación de tubérculos; solos no eran suficientes, pero juntos, desataron una transformación significativa.

    Desafíos y Oportunidades en el Cultivo de Papas

    A pesar de su extraordinario éxito, la capacidad de la papa para reproducirse asexualmente presenta riesgos. Al cultivar papas a partir de pequeños trozos, se generan clones genéticamente uniformes, que quedan vulnerables a enfermedades. Por esta razón, los investigadores buscan crear variedades que puedan reproducirse a partir de semillas, facilitando la introducción de diversidad genética para enfrentar desafíos ambientales y climáticos.

    Conclusión: Un Viaje de Investigación Colaborativa

    Esta colaboración internacional ha permitido avanzar en nuestra comprensión de la papa y su diversidad. Como mencionó la Dra. Knapp, este estudio ha proporcionado respuestas desde múltiples perspectivas, abriendo nuevas preguntas sobre la evolución y adaptabilidad de las papas en entornos cambiantes.

    *Por Dalia Ventura

    Share.
    Leave A Reply