Aumentar el gasto en defensa de Europa ha sido una solicitud constante del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su administración desde que asumió el cargo. Este enfoque, impulsado por la necesidad de fortalecer la OTAN, también busca equilibrar la relación entre los aliados europeos y Estados Unidos.

    Gracias a la influencia del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y al respaldo de Alemania, la mayor economía de Europa, esta meta se ha vuelto atractiva para casi todos los miembros de la Alianza Atlántica. Funcionarios de la OTAN han indicado que, aunque se busca complacer a Trump, También se trata de reequilibrar la alianza, lo cual, según un diplomático sénior, convertiría la cumbre en un éxito rotundo.

    Expectativas para la cumbre de la OTAN

    Jamie Shea, exfuncionario de la OTAN, expresó su preocupación sobre la posibilidad de que Trump abandone la cumbre antes de tiempo, como ocurrió en el reciente encuentro del G7 en Canadá. Esto sería un escenario problemático y es algo que los aliados quieren evitar a toda costa. Shea subraya la importancia de que Trump esté presente para escuchar sobre los beneficios actuales de la OTAN no solo para Europa, sino también para la seguridad de Estados Unidos.

    Retos del aumento de gasto en defensa

    El objetivo de alcanzar un gasto en defensa del 5 % del PIB es una meta ambiciosa que podría transformar las sociedades europeas. Muchos gobiernos europeos han priorizado la justicia social y la estabilidad económica, pero en el futuro podrían tener que equilibrar estos valores con la necesidad de fortalecer sus capacidades militares e incrementar su independencia de Estados Unidos. La resistencia a esta medida está en aumento en varias partes de Europa.

    El temor a Rusia

    Mark Rutte, al ser cuestionado sobre cómo convencer a los ciudadanos europeos que se oponen a recortes en el gasto social para destinarlo a defensa, destacó la urgencia de actuar. Sugirió que en 4 o 5 años, Europa podría enfrentar una amenaza real, lo que justifica la necesidad de un incremento en el gasto militar y en la seguridad nacional. Propuso dividir el 5 % solicitado en 3,5 % para defensa y 1,5 % para proyectos complementarios que incluirían infraestructura necesaria para el transporte de equipo militar y ciberseguridad.

    Desafíos de la membresía y compromisos

    A pesar de que varios países ya suelen gastar más en defensa, hay preocupaciones sobre la viabilidad de cumplir con estos nuevos compromisos anuales. España, por ejemplo, ha expresado su deseo de ser eximida de esta obligación debido a su bajo gasto militar en comparación con otros miembros de la OTAN. Por otro lado, Italia ha solicitado más tiempo del estipulado, que es de siete años, para acatar estos nuevos estándares.

    Inquietudes sobre Ucrania

    Las expectativas en torno a Ucrania también han generado insatisfacción entre los europeos. Aunque el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha sido invitado a participar en la cumbre, es poco probable que se escuche su solicitud para unirse a la OTAN. Jamie Shea ha indicado que el enfoque de Estados Unidos es minimizar la situación, lo que podría resultar en una cumbre decepcionante para Ucrania.

    Perspectivas finales

    A pesar de las dificultades, es esencial que la OTAN mantenga una visión global y sólida, enfatizó Kristine Berzina, experta en el tema. El mensaje central de esta cumbre debería ser la fortaleza y unidad entre los aliados, y que cualquier avance ambicioso hacia la seguridad debe enviar una señal clara a Rusia. La comunicación es vital, teniendo en cuenta que la cumbre es un espacio breve y directo donde se espera que Trump participe activamente.

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