Fuente de la imagen, Cortesía

    Pie de foto, Las manos, la cara y los ojos de Nayfe resultaron gravemente dañados en el ataque con buscapersonas.

    Autor, Carine Torbey

    Título del autor, Servicio Árabe de la BBC

    Informa desde Beirut

    2 horas

    Nayfe: Una víctima del ataque con buscapersonas

    Nayfe usa gafas de sol, no para protegerse del sol, sino para ocultar el daño visible en sus ojos. “La esclera de mis ojos ha desaparecido”, comenta, con una mirada llena de tristeza. Su vida cambió drásticamente tras el ataque perpetrado el 17 de septiembre, cuando varios dispositivos explotarían en diferentes partes de Líbano.

    Consecuencias devastadoras del ataque

    El bombardeo mató a al menos 37 personas, incluidos niños, y dejó a casi 3,000 heridos, muchos de ellos civiles. Nayfe, quien trabajaba en el hospital Saint George, sufrió lesiones graves que han marcado su vida. Este ataque ha sido calificado por algunos como un posible crimen de guerra.

    El día del ataque: un relato desgarrador

    El día del ataque, Nayfe comenzó su turno en el hospital. A las 15:00, recibió un mensaje en su buscapersonas, que, al acercarlo a sus ojos, explotó. Esto terminó con la parte de su cara y sus dedos. Este trágico incidente no solo le quitó su salud, sino también su identidad.

    Investigaciones sobre el ataque

    La comunidad internacional ha condenado estos ataques, y diversos grupos de derechos humanos han solicitado una investigación independiente. Testigos y expertos afirman que el uso de dispositivos con trampas explosivas está prohibido bajo el derecho internacional humanitario.

    Impacto psicológico y social

    Tras el ataque, Nayfe fue sedada durante días. Al despertar, enfrentó no solo los efectos físicos, sino también la pérdida parcial de memoria. Su rehabilitación ha sido extensa, pero a pesar del dolor, ella mantiene una actitud optimista. “La fe me impulsa a seguir adelante”, dice, con una sonrisa que desmiente su sufrimiento.

    Reflexiones sobre un futuro incierto

    A pesar de la adversidad, Nayfe se dedica a su recuperación, respaldada por la Fundación Herida de Hezbolá, que le proporciona apoyo médico y psicológico. El camino hacia la recuperación es largo, pero su espíritu resiliente brilla a través de cada desafío.

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