Recientemente, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha expuesto una red criminal dedicada al lavado de dinero que se encuentra bajo el liderazgo de “La Mayiza”, una facción del Cártel de Sinaloa. Este grupo opera principalmente en Playas de Rosarito, Baja California, y ha sido señalado por su vínculo con la diputada morenista Hilda Araceli Brown Figueredo.
Ante las acusaciones, la legisladora ha negado cualquier conexión con la red criminal y calificado las acusaciones como infundadas. En su perfil oficial de Facebook, afirmó: “Amigas, amigos, a los que tienen confianza en mí, ustedes son testigos de cómo hemos luchado juntos contra la corrupción. Mi compromiso siempre ha sido con el movimiento; seguramente como consecuencia de esta lucha soy objeto de una infamia que pretende desacreditarme”.
A pesar de sus afirmaciones, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha informado que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) ha bloqueado las cuentas bancarias de 22 individuos y empresas asociadas con la red de lavado de dinero, aunque Brown sostiene que sus propias cuentas no han sido afectadas.

El Departamento del Tesoro indicó que la red de lavado de dinero es liderada por los hermanos Alfonso y René Arzate García, apodados “El Aquiles” y “La Rana”. Estos individuos han sido perseguidos por la Administración de Control de Drogas (DEA) desde julio de 2014, acusados de conspiración para importar marihuana y distribuir metanfetaminas, entre otros delitos.
Los Arzate García aparecen en la lista de los más buscados por la DEA, vinculados a violentos enfrentamientos en Baja California y actividades ilegales en Playas de Rosarito. Operaban con diversos asociados, incluyendo a Mario Alberto Herrera Sánchez y Karlo Omar Herrera Sánchez, quienes también están bajo investigación.
Dentro de la estructura criminal, destaca Jesús González Lomelí, operador financiero del Cártel Sinaloa, y Candelario Arcega Aguirre, ambos conocidos por su cercanía a Hilda Araceli Brown cuando esta ocupó el cargo de alcaldesa. Se ha señalado que González manejaba operaciones de lavado de dinero a través de varios negocios, incluidos clubes nocturnos en Rosarito.
Se reporta que Hilda Araceli Brown y Candelario Arcega Aguirre mantienen una relación personal que podría haber facilitado la colaboración entre las fuerzas de seguridad estatales y la red criminal. Durante su administración, ambos actores sirvieron como puentes entre la exalcaldesa y los hermanos Arzate, gestionando pagos de extorsión y asegurando complicidad del Departamento de Seguridad Pública de Rosarito.