La mujer de 49 años arriesgó su vida para salvar a su nieta de dos años tras la explosión. Diseño: (Jesús Tovar Sosa/Infobae)

    Minutos antes de la trágica explosión de una pipa de gas en el Puente de la Concordia, Iztapalapa, Alicia Matías Teodoro tomó lo que sería su última foto con vida. La mujer de 49 años sonriente, abrazó a su nieta Azuleth, de solo dos años, compartiendo ese momento en un chat familiar.

    Sin saber que su cotidianidad se transformaría en tragedia en cuestión de minutos, Alicia posó para una selfie con la pequeña, representando un vínculo de amor inquebrantable. Esa imagen, que ha circulado intensamente en redes sociales, simboliza la tranquilidad que existía entre abuela y nieta antes del accidente ocurrido el 10 de septiembre.

    Alicia trabajaba como checadora de combis en la base de transporte público de Santa Martha Acatitla. Desde hace cuatro años, se dedicó a coordinar rutas y vendía dulces, llevando con frecuencia a Azuleth, pues su hija, madre soltera, necesitaba a alguien que cuidara de ella mientras trabajaba como intendente.

    La última foto de la señora junto a su nieta
    Según se ha publicado en redes, esta fue la última foto de la señora junto a su nieta, compartida momentos antes del trágico accidente. Foto: (Redes Sociales)

    Cuando ocurrió la explosión, el instinto de protección tomó el control: Alicia se lanzó sobre Azuleth para resguardarla de las llamas y la onda expansiva. Su heroísmo fue documentado por testigos, quienes capturaron una imagen impactante donde, a pesar de sus gravísimas quemaduras y su ropa destrozada, aún abrazaba a la pequeña.

    Un policía presente en el lugar ayudó a trasladar a Azuleth en motocicleta hacia el hospital, mientras que Alicia fue llevada al Hospital Magdalena de las Salinas, especializado en quemaduras. Las quemaduras cubrían el 80% de su cuerpo, con daños críticos internos y pulmonares. Durante varias horas, su estado fue catalogado como grave, y se generó confusión sobre su aparente muerte, lo que llevó a la Secretaría de Salud de la Ciudad de México a corregir una lista errónea de fallecidos.

    Desafortunadamente, el 12 de septiembre se confirmó la trágica noticia: Alicia había fallecido a causa de sus heridas. Su familia, que desde el primer momento luchó por su atención médica adecuada y reconocimiento a su sacrificio, la despidió entre dolor y orgullo. “La última foto que compartió nos la mandó con cariño. No sabíamos que sería la última vez que la veríamos así, viva”, expresó su hermana, Sandra Barajas.

    Mientras tanto, Azuleth continúa en estado delicado pero estable en la unidad de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI, con quemaduras que afectan el 60% de su cuerpo. La valentía de Alicia ha generado una respuesta masiva de empatía en redes sociales, donde se la reconoce como un símbolo del amor incondicional que una abuela puede tener por su nieta. La última foto no es solo un recuerdo, sino la prueba de que el amor puede superar incluso los momentos más oscuros.

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